miércoles, 22 de noviembre de 2006

Corolario obligatorio

Recuerdo que en cierta ocasión viajé acompañando a mi tía FDi a Montevideo. Mi amor por esa Ciudad nació entonces, no sé si motivado por su belleza, o porque en líneas generales me había ido como el orto en aquel viaje. Paseando cerca de una Plaza céntrica cuyo nombre no recuerdo, entramos a una tienda que entre otras cosas tenía libros usados. Uno llamó mi atención: “El Arte de Echar las Barajas Españolas”. FDi me lo regaló. Así fue como, manual de instrucciones bajo el brazo, comencé a incursionar en el sendero de la cartomancia.

Durante aquel viaje decidí pasar un par de días solo en Punta del Este, simple lisa y llanamente buscando una señorita que me gustaba: la señorita KeT. Busqué a KeT a lo largo de toda la Ciudad y sus playas sin suerte hasta la última noche antes de irme. Compartimos una bonita cena con KeT, pero su calce igual a cero determinó que sin espacios para la duda, empaque mis cosas y me retire del hotel comunitario en donde compartía una habitación con 5 monos más durmiendo en camas marineras. Por demás fue allí donde deduje uno de los aspectos que construyen la diferencia entre la postura y la sustancia manifestada en este caso en la variable “cheto”. No sé por qué no le tiré las cartas a KeT, de hecho creo que no se enteró de aquel libro que portaba. Años después, una noche junto a KeT y mi esporádica novia ChO, KeT me rogaría que le lea las cartas, cosa que no recuerdo si hice en esa ocasión.

En aquel entonces por motivos que no vale la pena mencionar ahora me rajaron de mi casa (no recuerdo si la primera o segunda vez) y fui a parar a la calle. Justo en ese momento mi novia ChO me deja. Esa fue la primera vez que ChO me dejó, aún faltaban dos. Viví en unos cuantos lugares, uno de los cuales fue la casa de MMC y su marido. Ahí paré un tiempo largo, cerca de un mes. Una noche MMC insiste en que le tire las cartas, y así lo hice. No sé cómo vino el cartón pero las cartas decían –por lo menos a mí- que MMC estaba enamorada de otro tipo. En presencia de su marido disfracé las cosas lo mejor que pude y para mis adentros pensé que eran boludeces mías, seguramente proyecciones fruto de verla a veces pasearse en bombacha por la casa. Al día siguiente, en la esquina de un Bar en la concha de la lora, vi a MMC abrazar a un tipo, besarlo y reir. Yo la vi, ella me vio. Nunca hablamos del tema hasta años más tarde. Seguía con su marido de siempre, su amante de siempre, su hijo de siempre aunque no entendí bien por qué entonces MMC acariciaba mi cabeza mientras decía “Mich, nunca conocí un tipo tan sensible y perceptivo como vos”.

Misteriosamente las cartas parecían ser un, no sé si legítimo, pero sí útil mecanismo de interpretación de la realidad ajena. Los meses antes de que Ppol me deje, me leía las cartas (yo a mí mismo) alrededor de cinco veces por día. A tal efecto había comprado un Tarot de juguete con un “Manual de Respuesta Rápida”. Si uno comparaba los resultados de las lecturas realizadas, por ejemplo, entre las 14.24 y las 16.52 hs de un día jueves de octubre, las interpretaciones constituían un campo en donde, además de estar originadas en una empiria dudosa, lo unívoco resultaba convertirse en una muralla, sino inexpugnable, por cierto distante. Ppol me dejó. Un dato curioso es que a diferencia de otras chicas, Ppol me obsequió -ni bien comenzamos a salir- un cuadernito en donde me escribía sus cartas. Je... qué graciosa resulta la muerte cuando anuncia cantando aun vestida de blanco, desde el primer día su arribo.

En el camino lastimé el corazón de un par, pero no recuerdo asociación alguna entre aquellas señoritas (N.24, C.8, P.95, Pty0001 y la terrible Snos97 entre otras) y las cartas de Tarot, puño y letra o baraja española.

Sí recuerdo la asociación entre las cartas y PaLP. Eran insoportables nuestras peleas: ninguno aguantaba perder al chinchón. La televisión no impidió el divorcio, ni los cuernos, ni el dolor.

Con los años fui cambiando. Con la pobre Tty no me unió ninguna mancia ni sortilegio, y creo que terminó viviendo afuera del país. Guardé un tiempo una carta escrita por ella con varios errores de ortografía; la perdí una noche en la que mientras comíamos piza con unos amigos, uno de ellos la usó de servilleta y se limpió la muzarella que le había quedado en el bigote. Con PRI no recuerdo haber jugado a las cartas, ni tampoco habérselas leído. Con SLa jugamos poco a las cartas por las dudas, y ni mencionar el tarot o la baraja española (aún en sus versiones electrónicas).

Corolario obligatorio: todas putas


12 comentarios:

el pepino peronista dijo...

Ni hablar.

MICH dijo...

Gracias pepino, usted es un entendido

cuti dijo...

Impresentable.

MICH dijo...

gracias cuti, no esperaba otra cosa de usted!

Anónimo dijo...

..qué graciosa resulta la muerte cuando anuncia cantando aun vestida de blanco, desde el primer día su arribo...
Me gustó esto...mucho. Me recordó otra cosa que leí, que acá va...

Sin llaves y a oscuras por Fabián Casas


Era uno de esos días en que todo sale bien. 

Había limpiado la casa y escrito 

dos o tres poemas que me gustaban. 

No pedía más.

Entonces salí al pasillo para tirar la basura

y detrás de mí, por una correntada,

la puerta se cerró.

Quedé sin llaves y a oscuras

sintiendo las voces de mis vecinos 

a través de sus puertas. 

Es transitorio, me dije; 

pero así también podría ser la muerte:

un pasillo oscuro, 

una puerta cerrada con la llave adentro

la basura en la mano.

Mich, espero un comentario tuyo sobre SL...es justo y necesario.

MICH dijo...

Qué notable Lola Felipa. Señalaste una de las dos únicas frases que tenía en claro antes de escribir el post. Aunque no es necesario que le guste a nadie me alegro que le guste a usted. Fue un jugueteo -salvando of course las distancias- sobre el final de Benedetti en la Buena Tiniebla "... una mujer querida o a querer... exorcisa por una vez la muerte" y de ahí lo de Montevideo y demás...
El final tuvo que ver con una frase de una de las mejores películas del mundo "El Club de la Pelea", en el momento en que E. Norton destruye físicamente a uno de sus más bellos seguidores.
En fin, un horror

Paréntesis dijo...

mortal el colorario, no se colorario de qué porque no leí el resto porque tengo la vista muy destruida hoy.
despues paso a leer todo
besos niño

MICH dijo...

gracias paréntesis... después me cuenta

MICH dijo...

y le pido por favor que no confunda... El que está en la foto es Ultra 7, y no un power ranger

Paréntesis dijo...

ufa...ok
soy nena, no sé de esas cosas!!

MICH dijo...

Paréntesis no me haga ufa, los nenes ya sabemos que las nenas no veían ultra 7... Ah, le puse un voto en las elecciones de bizantinas como habrá visto en su blog

Anónimo dijo...

LLEVO VARIOS MINUTOS FRENTE A ESTE PINCHE RECUADRITO QUE SE ME OFRECE CUAL MANZANA PROHIBIDA. NO SÉ POR QUÉ LA SITUACIÓN NO PUEDE FLUIR DE MANERA MÁS NATURAL. EN FIN, SUPONGO QUE MI CÓDIGO RESTRINGIDO ME AMARRA INEVITABLEMENTE A LA MATERIA DEL MUNDO, POR LO CUAL NO ENTIENDO DE PALABRAS SIN LABIOS NI DE CONVERSACIONES TAN SUCESIVAS Y TAN POCO SIMULTÁNEAS. EN FIN. TU BLOG SE PARECE A TI EN QUE SE PUEDEN APRECIAR VARIOS ACCESOS, Y NINGUNO PARECE SER MEJOR O MÁS IMPORTANTE QUE OTRO, Y NINGUNO SE AUTOPUBLICITA COMO EL CAMINO A ROMA.(NOTA: NO HAY JUICIO DE VALOR EN ESTA ANALOGÍA)
RESPECTO A LA FOTO DE ULTRAMAN, DEBO DECIR QUE YO NO SÉ SI LO ELEGIRÍA COMO MI REPRESENTANTE. TAL VEZ RECUERDAS A ULTRAMAN COMO UN TIPO QUE SE HACÍA GIGANTE EN LOS MOMENTOS CRÍTICOS... YO LO RECUERDO COMO UN TIPO QUE SE AGARRABA A PIÑAS A DIARIO EN UNA MAQUETA DE CARTÓN.

ALE